lunes, 23 de marzo de 2009

El César y nuestra necedad - "Telefónica descontará 20 euros en su factura a los parados"

(Julio César y los Galos)

Me indigna que se vanaglorie lo que no se entiende. Me indignan este tipo de noticias.

¿Qué sentido tiene que una empresa privada tome estas medidas?, ¿qué sentido tiene que el Estado presione a otras empresas para que sigan este "ejemplo"?, ¿pueden estas medidas ir contra el art. 14 de la Constitución (discriminación)?, es más, jugaré con fuego ante el "populismo", partiendo de una premisa en forma de pregunta, ¿qué consiguen con ese descuento?.

Desde mi punto de vista creo en lo innecesario del móvil, y la utilización racional del fijo, con lo que quien de verdad necesite esos 20 euros sabrá administrarlos, pero, utilizando esta idea, Telefónica pierde, es mucho más rentable fomentar el consumo de unos 500.000 usuarios que a su vez generan tráfico entre los demás abonados. En definitiva, dar un paso atrás para tomar impulso, consumir.

¿Y el Estado, no tiene otras medidas?, no hablo de abaratar el despido, ni de mejorar las irrisorias bonificaciones a la contratación de la seg. social (no pediremos dejar de ingresar, aunque una rebaja de 30 euros en la seg. soc. no determina a nadie a contratar), pero, ¿no sería mejor ese descuento de Telefónica para el autónomo o la pyme que contrate a alguien?, ¿no será mejor relajar la factura de la luz (40% de subida) para el pequeño comercio que genere contratación?, ¿no sería mejor fomentar de cualquier modo la contratación?.

En definitiva, vuelve a ser "un telefónicomocho", y más cuando, aunque todas las grandes telefónicas me parecen lo mismo, en concreto esta empresa es la misma que hace unos días, tras años de contratación y sin previo aviso, modificó unilateralmente mi contrato y pasó a tarificar 5 euros por línea independientemente del consumo que tuviera.

Por cierto, aunque ahora que estoy dando de baja todas las líneas me llaman casi a diario, en ese momento nadie me llamó para saber si estaba en el paro.

Me indigna lo que no entiendo. Me indigna que se aplauda al César cuando baja el dedo, sólo quiere nuestra sangre.

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