Hay días que cuando abro los ojos, lo único que me empuja a salir de la cama es pensar que "hoy puede ser el mejor de mi vida".
Hoy no ha sido el mejor día de mi vida, ni mucho menos, al contrario, creo que me he dejado hace escasamente una hora el karma empapado, clavado en el techo de la oficina y sin luces.
Pero increíblemente, lo considero un día especial. He tenido una sensación que en el tiempo que tengo de vida, nunca antes había conocido
Una llamada de alguien que no tiene ninguna obligación, y una palabra:
"Enhorabuena".
Cuando he colgado me ha dado por temblar, tenía los pelos de punta, la piel de gallina, y unas ganas de llorar como hacía muchísimo tiempo no tenía y que he podido aguantar a duras penas.
Será absurdo, irracional, o tal vez me ha pillado con la guardia baja por lo inesperado, pero tengo claro que no encontraré mejor medicina para mi karma.
"No nos equivocamos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario