jueves, 29 de enero de 2009

"Mi karma Ep. III: La Cadena de Desfavores y El Karma de mi Mai"

Fuente: Cars Disney

"¡Ay va!, Ay va!, ¡Ay va!" - estas palabras dijo ayer Mai a primera hora de la mañana.


Ante sus ojos un coche, haciendo un giro indebido, golpeó casi de frente a otro, y, de inmediato, el culpable dio marcha atrás y salió por dirección prohibida dejando al golpeado enmedio de la carretera con el coche destrozado (paragolpes dañado, la puerta le abría a duras penas, echando agua por el radiador...).

"¡Qué impotencia!, lo he visto pero no me he quedado con la matrícula"... por suerte para el golpeado, la matrícula del contrario se había quedado en el suelo (desfavor solucionado) - (¿por eso volvió? yo no tengo dudas).

No quedó ahí la cosa. Apareció la policía, y prácticamente con ella la duda moral de Mai. "¿Digo que lo he visto?".

Siguiendo mi absurda "Teoría de la Cadena de Desfavores" pensé que si yo fuese el dañado me gustaría que alguien me ayudara, y que el culpable cruzó cuatro carriles, una línea contínua doble, y giró hacia un sentido indebido. El peligro potencial fue importante, con lo que no tendría más que lo que había buscado (otro día contaré la sencilla "Teoria de la Responsabilidad Ajena" ).

Así que salí, y me acerqué al policía local de más edad: "Si necesita algo, allí lo hemos visto todo".

Y aquí empezó a quebrarse la Cadena. El culpable me miró con un odio lógico, el policía me dijo que ahora pasaba y tomaba nota, y, sorprendentemente el perjudicado, alarmado y casi diría amenazante, dijo "¡Qué pasa!, ¡qué pasa!, ¿tienes algún problema?". No le contesté, para cualquier mente que no estuviera difusa en ese momento estaba claro que no era yo el que tenía el problema.

Estuvieron más de una hora tomando notas. El culpable decía que se incorporaba, y el golpeado no tenía claro de dónde apareció el contrario. Los policías gesticulaban, tomaban notas, pero en ningún momento se acercaron a tomarnos declaración, ni los nombres por si era necesario localizarnos.

Es más, el perjudicado estuvo otra hora esperando a la grúa para que se llevara el trozo de chatarra que le quedaba por coche, y en ningún momento se acercó a preguntar para saber nuestra versión por si le éramos de utilidad, ni a dar las gracias. Se limitó a esperar.

¿Por qué se rompe la cadena?. Está claro, me sentí ridículo, impotente. Ésta vez lo único que resolvimos fue la duda moral de Mai, pero la próxima vez, viendo la experiencia tenida a lo mejor no merece la pena hablar, e incluso en ésta es de plantearse que si tuviese el golpeado cualquier problema, cuando lo necesitase y preguntara, bien él o la policía, tal vez Mai debería decir que la memoria es frágil, y que en el momento del golpe lo tenía claro, pero que al pasar el tiempo ya no recuerda lo que ocurrió.

Sólo lo salvaría la" Teoría de la Justicia Superior" en la que todavía quiero creer, y el Karma de mi Mai.

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