sábado, 24 de enero de 2009

"La Teoría del 10 y el 4 en el fútbol, y su aplicación en mi vida"

(Con referencia al magnífico artículo de David Gistau, y para que mantengamos en la retina a todos aquellos 10 (Zidane, Pelé, Cruyff, Maradona, Messi...) y como no, a aquellos olvidados 4 (Hierro, Mathaus, Beckenbahuer, Puyol, Ramos, Cannavaro...)).

Hace unos años leí un artículo firmado por David Gistau (que desgraciadamente no he podido encontrar ni física, ni virtualmente), en el que explicaba la diferencia esencial entre el 10 y el 4, y que en este momento resumo extrapolándolo a mi vida personal y profesional.

El 4 sólo tiene la idea de defender, proteger su portería con los codos, con patadas, con su alma, teniendo en todo momento la tensión del que vive al límite de la legalidad, al borde de su mayor castigo, la expulsión. El 4 tiene unas condiciones físicas envidiables, su virtud es la constancia, mantiene en todo momento su posición en el campo y la concentración, y, si le corresponde, marcará al 10 contrario para mantenerlo a raya. Rara vez saldrá en las portadas, ni mucho menos se planteará ser balón de oro, pero en el caso de que el 4 contrario tumbe a su 10, le protegerá como si le fuera su vida.

Por el contrario, el 10 es un genio que, como tal, vive en la anarquía. Puede no aparecer durante 89 minutos de partido, no sabes en qué parte del campo vive, aparece donde se encuentre cómodo, no defiende, no presiona, es frágil, parece que hasta ni suda, pero todos sabemos que es capaz de en 1 minuto desequilibrar un partido o definir una final. Es el dueño de las portadas, de los millones, la gente lo sigue sin condiciones generando fans que persiguen su camiseta o, al menos, su autógrafo.

El 4 nunca destacará por la genialidad ya que vive al borde del su área, sin embargo al 10 le reconoceremos porque es el que coge el balón en su campo y con una demostración de fuerza, potencia, habilidad e inteligencia acabará marcando gol ante la impotencia de todos los contrarios que le persiguen sin poder pararlo, o porque en una final de Champions de un balón llovido desde la lejanía es capaz de hacer historia.


Gol de Zidane Final Champions League (Tve1 - audio Cadena Ser)

Pero el 10 no es nadie sin el 4, ya que necesita de su protección, ni el 4 sin el 10, porque marca diferencias con su genialidad. Por eso, cuando se acaba el partido, y como recuerdo escribió David Gistau, el 4 le abre la puerta de la limusina al 10 para irse juntos, eso sí, mientras el 4 conduce, el 10 descansa.

En mi vida personal y profesional me considero el 4. Por eso tengo que proteger a Mai con mi vida ya que ella es el verdadero 10.

P.d. Evidentemente no he encontrado vídeos espectaculares del 4, no existen.

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